jueves, 22 de mayo de 2008


Cuando se habla de La invención de Morel, la más importante narrativa del escritor argentino Adolfo Bioy Casares (1914-1999), el énfasis recae, siempre, en la intriga admirable que electriza al lector en las 136 páginas. De hecho, en un siglo literario dominado por la fragmentación, por la introspección y por el experimentalismo, como lo fue el siglo XX, la literatura de Bioy Casares parece disonante y, asimismo, sorprendente. Pero no será, de hecho, la calidad de la trama lo que distingue al libro? No será el énfasis en el enredo una estrategia para desmerecer y disminuir la literatura de Casares? El que fue no solamente su mejor amigo, sino también el más grande compañero intelectual y literario de Jorge Luis Borges, acostumbra ser tratado, con benevolencia odiosa, como un sub-Borges. Un escritor ayudante. Un recurso barato que se tornó importante. La pobreza de esa visión incluye a La invención de Morel, y toda la literatura de Bioy Casares, incluidos libros como El diario de la guerra del cerdo, La trama celeste, y, entre los que escribió a cuatro manos con Borges, las célebres Crónicas de Bustos Domecq. Ello afecta, y determina, también una manera de leer a Bioy Casares y, en particular, de leer a La invención de Morel. Lectura en la que se valoriza su vocación para las tramas impecables, y en la que se desprecia, y asimismo se anula, los aspectos más vitales de sus libros. En un largo diálogo con el periodista argentino Sergio López ("Palabra de Bioy", EmecéEditores), Bioy Casares recuerda cómo le vino la idea del libro. Pasaba una temporada en el campo cuando, un día, por pura distracción, se imaginó la posibilidad de la invención de una extraña máquina, capaz de reconstruir integralmente un ser humano. Una máquina, cómo él dice, "que pudiese extender para todos los sentidos lo que el fonógrafo consiguió para los oídos, y el espejo para los ojos". Luego, cayó en la cuenta de que esta máquina, que no podía ser inventada, podía ser creada en una novela, ya que la literatura no conoce de límites o imposibilidades. Luego de ser justamente célebre la máquina, una vez el libro hecho, le pareció la parte más defectuosa de la historia. Un "recurso barato". Con todo, ese recurso y sus repercusiones en la trama es el que los críticos, en general, aportan como el elemento clave del libro. Sin perder el sentido del humor y la visión informal que tenía de la literatura, Casares observa en la misma conversación que, de todos modos, se sentía un afortunado por ser inventor de la historia de un fugitivo de la Justicia que llega en bote a una isla desierta, duerme por un tiempo y, a la mañana siguiente, es despertado por la música de "Tea for two". La invención de Morel es, en parte, el resultado del gran interés de Casares por las cosas del pensamiento; que para él se aproximaban menos a la seriedad que al placer. Desde luego, su atención se volcó no solamente en la literatura, sino también en la filosofía. Hijo de una familia burguesa, llevó una vida confortable, leyó mucho y viajó mucho. Por ello, el conocimiento era un tipo más noble, más delicioso, de ocio; de ahí su interés, además, por la literatura policial, que practicó, a cuatro manos, con su mujer Silvina Ocampo. La trama de La invención de Morel está entre las más hábiles producidas por la literatura hispanoamericana en el siglo XX y relata la historia de un hombre cuya vida está en peligro. Un fugitivo venezolano que consigue escapar de la Justicia escondiéndose en el archipiélago de Ellice, en el Pacífico. Las islas están desiertas, pues fueron devastadas por una misteriosa epidemia. A pesar de ello, un grupo de turistas pasea tranquilamente por las playas. El héroe de Casares se enamora de una de las mujeres del grupo, amor que le lleva a desvelar el secreto de aquellos habitantes. Dobles, espectros, reviven escenas pasadas años antes en la misma isla de Ellice que fuera visitada por un cierto Morel,inventor de un artefacto capaz de gravar en discos una imagen completa de la realidad. Morel y sus amigos morirán por causa de las radiaciones emitidas por el aparato. Y sus dobles, o espectros, continuarán rondando por la isla y reviviendo hechos pasados, repitiéndolos infinitamente. La inmortalidad es vista, en este caso, como una prisión. La trama es, sin dudas, engañosa. Pero, como nos dice Otto María Carpeaux en el texto crítico que sirve de epílogo, se señala al libro como una sátira, "el objeto de una sátira es la condición humana". Carpeaux destaca un aspecto que acostumbra ser despreciado por los lectores modernos de la obra: la manera en que Casares usa historias habilidosas para hurgar, en las entrelíneas, los más graves dilemas humanos. En este punto fue discípulo aplicado del inglés H. G. Wells (1866-1946). El nombre de su misterioso inventor, Morel, juega con el nombre de Moreau, el protagonista de La isla del doctor Moreau, que Wells publicó en 1896. Como Morel, el legendario Moreau, un médico refugiado en una isla tropical, se pone a criar seres monstruosos. "Estar en una isla habitada por fantasmas artificiales era la más insoportable de las pesadillas", dice el fugitivo de Casares. "Estar apasionado por una de aquellas imágenes era peor que estar apasionado por un fantasma".(sinopsis robada de internet)
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libros locos si los hay...
y este de bioy casares da fe de ello
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vale la pena leerlo
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ayer Rocambole me firmó este libro
cuando vió el título me miró con cara de: nena, vos estas loca!
y me gustó!
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memoriasdelfuego/el siglo del viento... está muy próximo a mis ojos!
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besos y mas besos
1mas!

jueves, 15 de mayo de 2008

Las Caras y las Máscaras


otra vez el 172
otra vez el besito final
terminé memoriasdelfuego parte 2
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no quería dejar pasar este dia de perfectosdesconocidos, sin algún rastro de este maravilloso libro.
se viene posteo pertinente
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se viene la tercera nomas!
hasta pronto!

sábado, 3 de mayo de 2008

me he perdido en un sueño buscando algo que no existe


Bolívar jamás tuvo un caballo: tiene un pueblo.
Uno tenía y era color de trigo y se lo regaló a José Martí.
Cuando murió Martí se lo regaló a un argentino y el argentino a un chileno y el chileno a un jinete que venía de Nicaragua, y el jinete de Nicaragua no lo desensilló:
...................................Bolívar cabalga todavía.

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"El General en su laberinto"
Simón Bolivar emprende su último viaje, en diciembre de 1830, siguiendo el curso del río Magdalena. El Libertador camina hacia su muerte y la marcha le proporciona tiempo para reflexionar sobre el fracaso de su sueño: las conjuras y rencillas han imposibilitado la unidad de los pueblos latinoamericanos. Los espectros del pasado vienen a hacerle compañía, en un viaje que inevitablemente todo hombre ha de hacer solo. El universo mágico-poético de Gabito no abandona esta novela que busca, con absoluto rigor histórico, evocar uno de los pasajes menos documentados de la vida de América Latina.
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(Eduardo Galeano en sus Memorias del Fuego nos escribe un diario de los días de nuestra tierra, de nuestra América Latina… El 1er tomo “los nacimientos” va desde la maldita conquista hasta fin del año 1600. el 2do tomo “las caras y las máscaras” desde el 1700 hasta el 1899 y este es el libro que ahora estoy leyendo. Después de haber terminado de leer "el general en su laberinto" el 22abr08, estoy ansiosa por llegar al siglo XIX… Ahora estoy en el XVIII, en la época de Tupac Amarú II, un Tupac Amarú II que tuvo el mismo destino que el 1ro. Pero ese es otro tema…
Hice trampa y adelanté algunos años buscando a simón en las palabras de eduardo… aquí dos momentos en el tiempo de Bolivar…)

1812
Caracas

Bolivar


… Un terremoto arrasa Caracas, La Guaira, San Felipe, Barquisimeto y Mérida. Son las ciudades venezolanas que han proclamado la independencia. En Caracas, centro de la insurrección criolla, diez mil muertos yacen bajo los escombros. No se escuchan más que letanías y maldiciones mientras la multitud busca cuerpos entre las piedras.
… Será Dios español? El terremoto se ha tragado el patíbulo alzado por los patriotas y no ha dejado en pie ninguna de las iglesias que habían cantado el Tedeum en honor a la naciente república. En la arrasada iglesia de las Mercedes, se alza intacta la columna que luce el blasón imperial de España. Coro, Maracaibo, Valencia y Angostura, ciudades leales al rey, no han sufrido ni un rasguño.
… En Caracas, arde el aire. Desde las ruinas se levanta un polvo espeso, que para la mirada. Un monje arenga al gentío. Proclama el monje que Dios ya no aguanta que le tomen el pelo.

…-Venganza!

… La multitud se apiña a su alrededor, en lo que era un convento de San Jacinto. Encaramado sobre los restos del altar, el monje exige el castigo de los culpables de la ira de Dios.

…-Venganza!- ruge el azote de Cristo, y su dedo acusador señala a un oficial patriota que, cruzado de brazos, contempla la escena. La multitud se vuelve contra el oficial, corto, huesudo, de brillante uniforme, y avanza para aplastarlo.
… Simón bolivar no suplica ni retrocede: embiste. Sable en mano atraviesa la furia, trepa al altar y voltea al apocalíptico fraile de un planazo.
… El pueblo, mudo, se dispersa.

1830
Río Magdalena

Baja la barca hacia la mar


Tierra verde, tierra negra. Allá lejos la niebla desvanece las montañas. El Magdalena se lleva a Simón Bolívar río abajo.

—No.

En las calles de Lima, están quemando su Constitución los mismos que le habían regalado una espada de diamantes. Quienes lo llamaban "Padre de la Patria" están quemando su efigie en las calles de Bogotá. En Caracas lo declaran, oficialmente, "enemigo de Venezuela". Allá en París arrecian los artículos que lo infaman; y los amigos que saben elogiarlo no saben defenderlo.

—No puedo.

¿Era esto la historia de los hombres? ¿Este laberinto, este vano juego de sombras? El pueblo venezolano maldice las guerras que le han arrebatado a la mitad de sus hijos en remotas comarcas, y nada le han dado. Venezuela de desgaja de la Gran Colombia y Ecuador también se aparta, mientras Bolívar yace bajo un sucio toldo en la barca que baja por el río Magdalena hacia la mar.

—No puedo más.

Los negros siguen siendo esclavos en Venezuela, a pesar de las leyes. En Colombia y en Perú, las leyes dictadas para civilizar a los indios se aplican para despojarlos. El tributo, impuesto colonial que los indios pagan por ser indios, ha vuelto a imponerse en Bolivia.

¿Era esto, era esto la historia? Toda grandeza se hace enana. En la nuca de cada promesa, asoma la traición. Los próceres se convierten en voraces terratenientes. Los hijos de América se destrozan entre sí. Sucre (su amigo), el preferido, el heredero, que se había salvado del veneno y del puñal, cae en los bosques, camino de Quito, volteado por una bala.

—No puedo más. Vámonos.

En el río se deslizan caimanes y maderos. Bolívar, piel amarilla, ojos sin luz, tiritando, delirando, baja por el Magdalena hacia la mar, hacia la muerte.
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(Gabito describe de esta manera los últimos momentos de Bolivar:)

.- “Examinó el aposento con la clarividencia de sus vísperas, y por primera vez vio la verdad: la última cama prestada, el tocador de lástima cuyo turbio espejo de paciencia no lo volverá a repetir, el aguamanil de porcelana descarchada con el agua y la toalla y el jabón para otras manos, la prisa sin corazón del reloj octogonal desbocado hacia la cita ineluctable del 17 de diciembre a la una y siete minutos de su tarde final. Entonces cruzó los brazos contra el pecho y empezó a oír las voces radiantes de los esclavos cantando la salve de las seis en los trapiches, y vio por la ventana el diamante de Venus en el cielo que se iba para siempre, las nieves eternas, la enredadera nueva cuyas campánulas amarillas no vería florecer el sábado siguiente en la casa cerrada por el duelo, los últimos fulgores de la vida que nunca más, por los siglos de los siglos, volvería a repetirse”.


-“Carajos”, suspiró. “Cómo voy a salir de este laberinto!"

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• Bolívar recorrió 123 mil kilómetros, más que lo que hicieron Colón y Vasco de Gama juntos.
• Fue Presidente de la República de cinco países (seis, actualmente).
• Llevó la antorcha de la Libertad a la distancia de 65.000 kilómetros, vuelta y media a la Tierra. Diez veces más que Aníbal y el triple que Alejandro Magno...
• Él que soñó como una sola nación grande y poderosa observa como su sueño de desmorona ante sus ojos y ya al final de su vida declara con amargura: "...Yo estoy viejo, enfermo, cansado, desengañado, hostigado, calumniado y mal pagado. Yo no pido por recompensa más que el reposo y la conservación de mi honor; por desgracia es lo que no consigo".
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Una vida de gloria, de aclamación, de desengaños, de conflictos, de tristeza, de un laberinto interminable; de traiciones, de enemigos, de muy pocos amigos; de una muerte que llegó muy rápido, que acabó con la vida de un hombre, de un general, de uno de los generales más grandes de todos los tiempos. Esa fue la vida del libertador Simón Bolívar.



a pesar de todo, seguiré perdiéndome en sueños ...
como simón...
todos estamos dentro de algún laberinto